A veces se me olvida que tengo los pies en la tierra. Que tengo un sol que me alumbra, un guardaespaldas que me cuida, unos brazos que me rodean, unas palabras que me reconfortan y una red que no me deja caer. Todo eso en una misma persona. A veces se me olvida su personalidad y su manera especial de tratar a la gente. A veces se me olvida contar hasta 10 antes de abrir la boca. Pero a él también se le olvida a veces, que soi un petardín, que estallo y después del ruido ya sólo hay calma.
A veces se nos olvida.
Y es entonces cuando nos vamos, uno por cada lado, para al final acabar encontrándonos. Y nos volvemos a ir, esta vez juntos, con el coche, a desestresarnos mutuamente. Este sábado tocó La Teyera y su gran nevada primaveral. La nieve nos refrescó la memoria. Yo me acordé de que nunca me deja caer, y de que sus palabras siempre siempre, pero siempre consiguen reconfortarme. Y él se acordó que después del ruido que hago al estallar, ya sólo hay calma.
No hay nada mejor que la "amnesia" para recordar que lo que realmente merece la pena en esta vida, está tan cerca tuyo, que a veces ni siquiera lo ves.
*irmi*
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