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A veces necesito pararme y darme el tiempo de mirar a mi alrededor.
Esta vez, como tantas otras, no tengo tiempo de pararme lo suficiente como para ver algo. Echo un vistazo rápido y todo está desordenado, como en las imágenes de un huracán en algún país que me suena lejano. Pero esta vez, ese país lejano es mi vida. Soy yo. Son todos aquellos que están a mi lado. Son todas las cosas que me pasan, que me rodean, que me acorralan y que planean mi vida segundo a segundo sin que yo pueda apenas opinar.

A lo mejor escojí el camino equivocado.
O a lo mejor necesito poner menos entusiasmo en esta nueva etapa.
A lo mejor debería de dejar de creer en las coincidencias, no poner tanta esperanza en el futuro más próximo y limitarme a hacer lo que me apetezca, cuando me apetezca y saltarme horarios, obligaciones y responsabilidades.
Pero me cuesta creer que esa sea la única opción.

Se admiten sugerencias

*irmi*

Sin más

Sin más tiempo que el que me brindan mis angeles
Sin más miedo que el que recuerdo
pero con más ganas que nunca

Las dificultades y los obstáculos pueden ser oportunidades. Y así enfrento el nuevo curso, con mil oportunidades, muy poco tiempo y algo de miedo por el retrovisor. Pero no un miedo malo, que me frene o que me bloquee, sino con un miedo-curiosidad, que me hace caminar más rápido de lo que podrían caminar mis pies.
Que todo vaya bien ya sólo depende de mi. De que me crea mis propias palabras, y de que trabaje todo lo que tengo que trabajar.

El resultado?
Después de publicidad. . .

*irmi*