Un castillo de cartas

Como un castillo de cartas, tan frágil e inseguro ante la brisa o ante la prisa de elevarlo por el temor a derribarlo...

así de rápido, con un sólo soplido, se va todo abajo
pero igual de rapido, carta sobre carta, se vuelve a construir. . .
y así, siempre, arriba, abajo. . .

siempre





*irmi*

melancolía??

Prácticamente todos los mejores recuerdos de mi infancia se encuentran ahí, en ese trocito de selva de pénjamo. Ese pequeño trocito, que después de doce años vuelve a parecerse un poquito a lo que era. Vuelve a traerme los aromas de aquellas interminables tardes.
Ahora, lo miro, y veo aquellos momentos, nos veo a los dos, mano a mano, cuidando las rosas, corriendo, escondiendonos el uno del otro. Miro a la calle y me veo correteando y jugando feliz, ajena a todo. Ajena a su mirada, que hoy tanto echo en falta.
Qué pena que hayan tenido que pasar 12 años para recordar todo. Para librarme de la amnesia que yo misma creé para protejerme.
Pero qué alegría que sea gracias a ti, gracias a tus gestos, que hoy recuerde tanto.


Y llorar, de rabia, de alegría, de tristeza, de emoción, de curiosidad y de amor. . .
Que extraña y creo que bonita sensación

*irmi*

Adiós, amigo Benedetti

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el mundo se quedó sin utopías

Cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer una tristeza

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que el universo es una ruina
aunque lo sea
o que la muerte es el silencio
aunque lo sea

Cómo voy a creer
que el horizonte es frontera
que el mar es nadie
que la noche es nada

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que tu cuerpo mengana
no es algo más de lo que palpo
o que tu amor
ese remoto amor que me destinas
no es el desnudo de tus ojos
la parsimonia de tus manos

Cómo voy a creer / mengana austral
que sos tan sólo lo que miro
acaricio o penetro

Cómo voy a creer / dijo el fulano
que la utopía ya no existe
si vos / mengana dulce
osada / eterna
si vos / sos mi utopía

Mérida II

Con el templo de Diana a mis espaldas, con el teatro romano frente a mis ojos, con el anfiteatro donde hacían las famosas batallas navales a mis pies, con risas en los labios, y recuerdos en la mente. . .
Así se me pasaron volando esos 4 días (en realidad 2) por mi Mérida. Mi ciudad preferida, sin duda ya. Esta vez prometo que no tardaré 6 años en volver. Es más, espero volver este mismo año, con otra compañía, pero con las mismas ganas e ilusión por ver los restos de la vida romana que por allí afloran. . .
Viaje recomendado! Completamente. . .

(y tú, tú eres la suerte de mi vida!)

*irmi*
(al sol y al estudio)